Un tema técnico explicado para un creativo
PERFILES DE COLOR EN FOTOGRAFÍA DIGITAL
En la primera parte de esta publicación se explicaron los conceptos de Espectro de color, Espacio de color, Modo de color, Perfil de color y Profundidad de color. Igualmente se comenzaron a ver cómo gestiona Photoshop los cambios de Perfil en una imagen.
Recomendamos leerla en primer lugar antes de continuar.
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De todo lo expuesto hasta aquí cabe deducir la importancia de que cada archivo de imagen contenga en sí mismo la información relativa al sistema utilizado. Es decir: La identificación del Perfil de color que codifica y gestiona su correspondiente Espacio de color-RGB.
Esta identificación puede ser incrustada en los metadatos del archivo por la cámara fotográfica, por el programa de revelado/edición digital, o venir ya incrustada cuando se descarga de Internet. Y es conveniente que tengan esta información, pues de lo contrario las máquinas no sabrán interpretar bien la codificación de color que contienen.
Al abrir una imagen en Photoshop, si los metadatos de ésta contienen incrustado un Perfil de color distinto al que el programa tiene configurado por defecto para trabajar, éste nos advertirá de la diferencia.
Con la advertencia, el programa nos propone varias opciones para resolver el problema:
- Usar el perfil incrustado (en lugar del espacio de trabajo):
El programa se cambia a sí mismo el Perfil de color que tenía asignado para trabajar por defecto al Perfil de color del archivo de imagen que se pretende abrir. Photoshop se adapta, cambiando sus propios ajustes de configuración para tratar la imagen de acuerdo al sistema de codificación incrustado en la misma. Cambia el perfil del programa, no los valores de codificación de color del archivo de imagen. - Convertir los colores del documento al espacio de trabajo:
El programa hace una conversión de trabajo del Espacio de color del archivo de la imagen al Espacio de color que el programa tiene configurado por defecto para trabajar. Esto implica tratarla con un Perfil de color distinto al que tiene incrustado en sus metadatos. Se cambian los valores numéricos del color de cada punto de la imagen de acuerdo al nuevo sistema de codificación. Con ello se conseguirá mantener la apariencia de color de la imagen, sin que se aprecien grandes diferencias de coloración. Y una vez hecha la conversión, el programa la editará con el Perfil de color que tenga configurado para trabajar por defecto. Sin embargo el archivo de imagen mantendrá sus metadatos de origen, incluida la identificación del Perfil de color incrustado, salvo que se le cambie expresamente. Al guardarla, por ejemplo. En cuyo caso se realizaría completamente la Conversión de perfil. - Eliminar el perfil incrustado (no efectuar gestión de color):
El programa ignora la identificación del sistema de codificación del color incrustado en los metadatos del archivo de imagen, y la trabaja con el Perfil de color que tiene configurado por defecto. Realizaría una especie de Asignación de perfil de trabajo, que se completaría al guardar la imagen con dicho perfil incrustado en sus metadatos.
Sin embargo, lo que la máquina presenta a la vista todavía puede ser distinto de lo que realmente está codificado en el archivo de imagen, pues para mostrarla siempre ha de hacerlo mediante un monitor (que puede tener distinta configuración de color), y/o sirviéndose de un programa navegador de Internet. Y aquí es donde verdaderamente viene el dilema.
En la actualidad, aproximadamente el 80% de los monitores en manos de los usuarios sólo son capaces de presentar imágenes con el Espacio de color sRGB (el más pequeño), aunque éstas tengan incrustado un Perfil que gestione un espectro más amplio de color.
Respecto a la gestión que Internet hace con los archivos de imagen, hay que tener en cuenta que éstos son sistemáticamente reducidos en tamaño para reducir el volumen en el tráfico de datos, y así optimizar su flujo. Lo que puede implicar el borrado de los metadatos de las imágenes, incluido el Perfil de color. Y con el mismo fin, muchas webs aplican la misma filosofía de “cuanto menos peso mejor”, eliminando también este dato de las imágenes que contienen.
En la Fig. 8 un monitor sRGB muestra tres imágenes idénticas: Un sector rectangular con un mismo degradado multicolor. Cada una tiene incrustado un perfil de color distinto. La única diferencia apreciable es una pequeña desviación cromática en las imágenes importadas con otro perfil. Un monitor que sólo puede mostrar un Espacio de color sRGB jamás podrá mostrar una gama de colores mayor.
De una parte, revelar/editar digitalmente una fotografía con un monitor incapaz de mostrarte el espectro con el que estás ajustándola es trabajar a ciegas. Realmente no ves lo que estás haciendo. Por ejemplo, si ajustas una imagen con el Perfil Adobe RGB en un monitor que te la muestra con el espacio de color sRGB, en realidad no sabes qué estás haciendo. Al verla en un monitor que sí la muestra en el espacio que le corresponde podrías llevarte una desagradable sorpresa, pues el resultado suele ser muy distinto.
Por otro lado, si trabajas una fotografía con un Perfil de color que muy pocos monitores van a poder reproducir correctamente (Adobe RGB o ProPhoto, por ejemplo), debes entender que la mayoría de la gente verá un resultado distinto al que tú has logrado. Por muy bien calibrado que tenga el monitor. Realmente estarías trabajando exclusivamente para la minoría que posee un equipo profesional. El resto vería una fotografía/imagen con menos gama de color, sobretodo en azules y pieles. Probablemente un churro.
Y por ultimo, en caso de utilizar Internet para mostrar tus imágenes has de saber que, por regla general, los navegadores de Internet gestionan las imágenes mostrándolas siempre con el Espacio de color sRGB (el más pequeño) independientemente del Perfil de color que éstas tengan incrustado en sus metadatos. Si tienen otro distinto al Perfil de color sRGB las convierten a éste, y si no tienen ninguno incrustado, se lo asignan.
Siempre el sRGB.
Esto era siempre, siempre, siempre así en todos los navegadores hasta hace poco. Pero a fecha de hoy, algunos navegadores ya son capaces de presentar correctamente las imágenes con otros Perfiles de color, siempre y cuando se den las condiciones necesarias en el entorno (equipos) del usuario.
De hecho, los navegadores Edge y Firefox son los únicos que, por el momento, pueden presentar las imágenes con el Espacio de color Adobe RBG, cuando éstas tienen dicho Perfil incrustado en sus metadatos y el monitor del usuario también está configurado con ese mismo Perfil. Esta opción viene configurada por defecto en el navegador Edge (de Microsoft) mientras que en el caso de Firefox la opción debe activarse en el menú de su configuración.
Información completa y explicación de los pasos para configurar Firefox
En cuanto al Perfil de color ProPhoto, a fecha de hoy ningún navegador indica que sea capaz de gestionarlo correctamente.
Hasta aquí sólo estábamos hablando de monitores de ordenador. Pero hoy en día, la mayoría de los usuarios de Internet utiliza otro tipo de dispositivos de visualización (teléfonos móviles, tablets, televisiones…) que ni siquiera ofrecen las posibilidades de calibración de un buen monitor. Que es algo básico, sino lo principal, a la hora de trabajar el color de una fotografía/imagen digital con un mínimo de seriedad.
Por tanto… ¿Es posible mostrar en Internet un buen revelado digital o una buena edición digital, aún teniendo los dispositivos técnicos más avanzados?
La respuesta siempre será afirmativa. Pues siempre se puede hacer un buen trabajo, aún reduciendo tus posibilidades creativas al sistema de codificación que menos gama de colores gestiona, que es el que hoy día llega a más público. Todo depende de tu capacidad, y de que sepas qué estás haciendo, con qué estás trabajando, y cual es el destino que van a tener tus trabajos.
Pero… ¿Por qué ocurre esto con Internet?
Pues porque Internet, en sus inicios, no tenía ningún tipo de normativa restrictiva. Los navegadores intentaban presentar todo aquello que les llegaba. Rechazar comandos u órdenes no era una opción. Todo se presentaba en pantalla, aunque fuera un churro.
Imagina que desde el principio las imágenes hubieran sido sistemáticamente rechazadas sólo por no tener el Perfil incrustado en los metadatos. De seguro que Internet no habría llegado a ser hoy lo que es.
Se optó por un sistema inclusivo a pesar de los continuos fallos, cuyas causas movieron a una investigación permanente, y por tanto a la mejora progresiva de su funcionamiento.
Esta decisión, que se tomó en el principio, impidió que se ralentizara el desarrollo de Internet, definiéndolo como un sistema abierto a todo el mundo. Lo que facilitó su acceso y crecimiento exponencial.
Sin embargo, como ya habrás podido deducir, hoy por hoy, Internet no es el mejor escenario para la imagen digital de alta calidad. Y aún así, hoy por hoy, prescindir de Internet en el mundo de la imagen digital no es una opción.
La buena noticia es que todo parece indicar que Internet se está moviendo en la dirección que los profesionales y los amantes de la fotografía digital de calidad deseamos.
Y finalmente llegamos al observador de la imagen, que siempre será único. Como única será su manera de mirar. Siempre se ha sabido esto, siquiera por las distintas reacciones que cada persona tiene ante una misma imagen.
Luego, el estudio del cuerpo humano y su entorno físico nos ha dado algunas respuestas.
Por ejemplo… Aproximadamente un 8% de la población padece deficiencia o ceguera de color. Principalmente los hombres. Mientras una de cada 30.000 personas padece acromatopsia (visión en escala de grises), la discromatopsia (diferentes grados de daltonismo) afecta a uno de cada 12 hombres y a una de cada 200 mujeres.
Muchos de ellos ni lo saben.
Existen test muy rápidos y precisos para saber si tus ojos te están presentando toda la gama de colores que un ser humano puede percibir. Y existen gafas para corregir el daltonismo.
Sin embargo la visión no se produce en el ojo sino en el cerebro. Los ojos sólo son los receptores que detectan un rango de ondas electromagnéticas. Es el cerebro el que las ve y las interpreta como colores. Por lo que la psique también cuenta. Y mucho.
Ha sido en la década de los 90 del siglo pasado cuando la neurociencia ha contado con la tecnología que le ha permitido estudiar un cerebro en pleno funcionamiento. ¡Con vida!
Hasta entonces, lo que se daba por cierto era fruto de observaciones indirectas e inferencias.
Algunos neurocientíficos dicen que los nuevos estudios han echado por tierra casi el 90% de lo que se creía saber. Y en poco tiempo se ha pasado de los electroencefalogramas a las terapias de estimulación magnética transcraneal.
Definitivamente el cerebro es un órgano electromagnético, y por tanto muy sensible a las distintas frecuencias de ese espectro.
Los colores no están en la materia, sino que son las distintas frecuencias electromagnéticas que ésta emite, y que nuestro cerebro interpreta como distintas tonalidades cromáticas.
Como las palabras, los colores son símbolos para la psique. Y aunque se conocen sus relaciones con los significados más comunes, a cada ser humano les lleva a una interpretación interior particular.
Los colores nos afectan. Nos provocan sensaciones. Nos causan emociones.
Poder ver todos los colores es una experiencia con un valor que no se puede calcular.